“NOS JUGAMOS LA VIDA. EL ALMA DE EUROPA” FABRICE HADJADJ

“NOS JUGAMOS LA VIDA. EL ALMA DE EUROPA” FABRICE HADJADJ

  • Posted by Qveremos
  • On 30th abril 2024
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NEOS y la Asamblea de Asociaciones por la Vida organizaron ayer un gran acto bajo el título: “Nos jugamos la Vida. El alma de Europa” en el que intervinieron destacadas personalidades para hablar sobre la esencia de Europa y los problemas y desafíos que se plantean en relación con la defensa de la vida ante las próximas elecciones europeas.

 

Cerró la sesión el conocido filósofo francés Fabrice Hadjadj con una brillantísima lección sobre la vida y el alma y elevando ese debate a la actual situación de Europa. Inició su intervención incidiendo en las dos corrientes que mueven actualmente a nuestra sociedad: el ludismo (hacer de lo lúdico, de la diversión, un ídolo) y el utilitarismo. Todo ello dentro de un metaverso que pretende olvidar el universo, sus orígenes y a su Creador.

 

Tanto los niños como los ancianos no importan en una sociedad utilitarista y obsesivamente lúdica. Los primeros porque te quitan tiempo e implican una responsabilidad que no se quiere asumir; los segundos porque son una carga. Ya no sabemos dar vida porque no sabemos jugar la vida, manifestó haciendo un guiño al título de la conferencia, con el que jugó, valga la redundancia, durante toda su exposición. Ahora parece que solo tiene valor lo que divierte o lo que se puede rentabilizar de alguna forma.

 

Al acabar con el sacrificio, con el esfuerzo, caminamos hacia la destrucción social. Y por ello nos olvidamos de dar vida y pasamos a gestionar el derecho a la muerte, que es lo que está en la agenda europea. Nos encontramos ante una Europa desanimada, en la que falta coraje (coeur, corazón), en la que falta alma y que se autodestruye a sí misma al legislar contra lo más esencial, la vida humana.

 

A pesar de ello, nos animó a dar testimonio de la verdad aquí y ahora. Esta es nuestra misión y es ahí donde se juega nuestra vida y nuestra responsabilidad. Hacer el bien ayer o mañana en un mundo hipotéticamente mejor sería cambiar nuestra misión y no podemos ni debemos dimitir de ésta. La condición de viviente es un bello riesgo, marcado además por una esencial gratuidad.

 

Concluyó con un alegato a cambiar el mundo que nos ha tocado vivir, con referencias quijotescas y aventureras, incidiendo en que hemos de devolver a Europa la esperanza, la lucidez y las raíces que la hicieron ser lo que ha sido.

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