El Parlamento Europeo se niega a poner el Belén

El Parlamento Europeo se niega a poner el Belén

  • Posted by Qveremos
  • On 24th diciembre 2020
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Iniciábamos esta semana de Navidad con la sorprendente y triste noticia de que el Parlamento Europeo se había negado, ante la petición de una Eurodiputada española, a colocar un Nacimiento en su sede de Bruselas con motivo de la celebración de la Navidad. Al parecer, para los burócratas europeos la representación figurada del nacimiento de Jesús puede resultar “ofensiva” al tratarse de una exposición de carácter religioso.

 

¿Alguien cree en su sano juicio, con independencia de cuestiones religiosas, que el nacimiento de Cristo puede ser una ofensa? ¿O simplemente constatamos una vomitiva y perseguida renuncia a nuestra alma e identidad? Esta negativa refleja hasta qué punto Europa y la civilización occidental caminan a la deriva y hacia el abismo, pues la historia de Europa y la historia de Occidente no se pueden comprender sin el cristianismo.

 

Es imposible entender la identidad de Europa sin la religión cristiana, pues es precisamente en ella misma donde se hallan las raíces comunes de las que convergieron su cultura, su iniciativa y empuje, su expansión y todos los proyectos que la han hecho grande y gloriosa. En su libro Civilisation, Niall Ferguson cuenta que, a la Academia de Ciencias Sociales China, se le encomendó averiguar porqué Occidente, tras haber estado por detrás de China durante siglos, alcanzó esa preeminencia mundial: “Al principio – le dijo un académico –, pensamos que era porque teníais armas más potentes. Después concluimos que se debía a que teníais el mejor sistema político. Entonces nos dimos cuenta de que era vuestro sistema económico. Pero en los últimos años, nos hemos dado cuenta de que el corazón de vuestra cultura es vuestra religión: el cristianismo. Por eso Occidente ha sido tan poderoso. No tenemos dudas”.

 

También en el origen de la actual Unión Europea encontramos esa unión espiritual, pues sus principales impulsores (Monnet, Schuman, Adenauer y De Gasperi) fueron personas ejemplares y profundamente cristianas. Por ello resulta aún más dramático comprobar que la sede parlamentaria de la Unión se niegue a colocar un Belén en sus instituciones… suponiendo la constatación de que Europa, en cierta medida, ha perdido su alma. Es cierto que disponemos de instituciones reconocidas y poderosas, pero si perdemos la dimensión moral y espiritual estaremos renunciando a nuestra identidad más profunda y es aquí por dónde debe venir la necesaria regeneración de España y Europa en su conjunto.

 

En noviembre de 1982, Juan Pablo II pronunció un memorable y profético discurso desde tierras gallegas, que no está de más recordar: “Desde Santiago, te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia y benéfica tu presencia en los demás continentes. Reconstruye tu unidad espiritual, en un clima de pleno respeto a las otras religiones y a las genuinas libertades. Da al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. No te enorgullezcas por tus conquistas hasta olvidar sus posibles consecuencias negativas. No te deprimas por la pérdida cuantitativa de tu grandeza en el mundo o por las crisis sociales y culturales que te afectan ahora. Tú puedes ser todavía faro de civilización y estímulo de progreso para el mundo”. Ojalá Europa busque de nuevo sus raíces y vuelva su corazón y su mirada hacia los valores que la hicieron eterna y admirable, comenzando por vivir el verdadero espíritu de la Navidad desde la gruta de Belén.

 

¡Feliz Navidad!

 

Foto: La adoración de los Reyes Magos (Rubens)

1 Comentario

Jorge
Recuperemos nuestra alma e identidad!

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