Hay que agradecerle a Isabel Díaz Ayuso su compromiso con la libertad, en especial con las libertades concretas, que son las reales, las que de verdad cuentan en el día a día de las personas, familias e instituciones. La izquierda se llena la boca hablando de libertad, de una libertad abstracta que no opera en el día a día y, por eso, convierte la vida en sociedad en una cárcel. No le importan las libertades concretas.

Isabel Díaz Ayuso hace al revés. En la gestión de la pandemia ha tratado siempre de ser respetuosa con la libertad de los madrileños sin poner en riesgo su salud. Frente a otras estrategias de lucha contra el coronavirus que no parecían tener problema en invadir los espacios de libertad económica, familiar y personal bajo la excusa de la “seguridad y la salud”, en Madrid se ha aplicado la estrategia contraria: limitar la libertad de movimientos, económica y personal lo mínimo que exija la lucha contra el virus.

Esto ha permitido que Madrid sea un oasis en la España autonómica. Un oasis donde muchos comercios, hosteleros y pequeños empresarios han podido ver algo de luz para mantener sus negocios. Un oasis donde los madrileños han podido moverse con libertad por toda la Comunidad y que ha beneficiado a muchos pueblos y familias cuyo único recurso económico es el turismo interior. Un oasis donde la vida social y en especial familiar se han podido realizar con razonable normalidad lo que ayuda que no se pierdan los vínculos sociales, algo clave para la cohesión social.

En esta lucha por las libertades concretas, Isabel Díaz Ayuso se ha comprometido con la libertad de educación prorrogando por diez años los conciertos educativos, lo que además de permitir un cierto nivel de libertad de elección a los padres ha traído la tranquilidad a muchas familias e instituciones educativas.

Isabel Díaz Ayuso también está comprometida con la libertad de las familias, autónomos y empresas madrileñas en la medida que defiende, frente a las amenazas del gobierno central y los partidos independentistas, una fiscalidad baja. Quién tiene el dinero manda, cuanto más dinero tengan en sus bolsillos familias y empresas mayor cuota de libertad tendrán.

Por eso, qveremos felicitar a Isabel Díaz Ayuso por su compromiso por la libertad. Sin embargo, en Qveremos además de felicitarle qveremos pedir más. Qveremos que traslade su compromiso con la libertad al ámbito de la vida. Son muchas las amenazas que hoy se ciernen sobre la vida en España, dos especialmente graves. El aborto, amenaza para la vida naciente, y la eutanasia, amenaza para la vida doliente, en soledad, con sufrimiento, con discapacidad.

Estas amenazas a la vida tienen un denominador común, afectan especialmente a los que no tienen libertad para elegir, bien por falta de alternativas, bien por falta de compañía, bien por que son presionados a optar por la muerte. La mayor parte de las mujeres que abortan lo hacen presionadas por familiares, novios, entorno laboral, falta de alternativas. La experiencia en Holanda, Bélgica y Canadá muestran como la eutanasia se ceba con las personas con discapacidad, con los que no pueden decidir por sí mismos, con los que la piden ante la presión de un entorno social o familiar que les hace sentirse una carga. En definitiva, la vida se ve amenazada cuando falta libertad para elegirla.

Por esos, qveremos pedir a Isabel Díaz Ayuso que apueste por la libertad frente a la cultura de la muerte. ¿Cómo? Desarrollando un plan ambicioso de ayuda a la mujer embarazada; orientando toda la actividad social y sanitaria de la comunidad de Madrid para apoyar y dar alternativas a la mujer en riesgo de aborto; desarrollando un plan autonómico de cuidados paliativos ambicioso que haga que no haya un paciente madrileño que no pueda acceder a ellos cuando lo necesita; buscando las fórmulas legales – como ha hecho con los conciertos educativos – para garantizar un sistema sanitario en Madrid libre de eutanasia, donde los madrileños puedan confiar en que si acuden a él serán cuidados y no descartados.

No dudamos del compromiso de Isabel Díaz Ayuso con la libertad, ahora le pedimos que lleve ese compromiso al ámbito de la vida. Que en Madrid haya libertad real para elegir la vida. No habrá mejor servicio a los madrileños y a sus libertades. Tras 16.852 abortos en 2019 no se puede esperar más.

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