Se cumplen hoy 100 años del inicio del desastre de Annual, trágico capítulo de nuestra más reciente historia militar, que segó la vida de más de 10.000 soldados españoles en tierras norte africanas. Probablemente nunca en nuestra historia hayamos perdido un Ejército al completo, en tan breve lapso de tiempo y de forma tan cruel y macabra.

Las tropas del General Silvestre, que intentaban avanzar hasta la bahía de Alhucemas para consolidar el dominio y el control del Protectorado, fueron sorprendidas por las tribus rifeñas, lo que unido a un cúmulo de fatales circunstancias e imprecisiones provocó la estampida general de las columnas españolas, que fueron masacradas en su huida hacia Melilla, por unos rifeños que no tuvieron compasión ni siquiera después de la rendición y entrega de las armas de las diferentes plazas que iban cayendo.

Pero en medio de la huida, el miedo, el desconcierto y la crueldad impuesta por los rifeños, surge uno de los sacrificios más heroicos. El Teniente Coronel Fernando Primo de Rivera, al mando de varios escuadrones del Regimiento de Alcántara, recibe la orden de proteger la retirada de las tropas desde Annual hasta el fuerte de Monte Arruit.

Con apenas 700 valerosos y valientes jinetes, los Cazadores de Alcántara realizaron sucesivas cargas de caballería contra el enemigo a fin de retrasar su avance y permitir la retirada del resto de tropas, llegando a realizar incluso cargas a pie a medida que iban perdiendo caballos. De 691 efectivos, 541 resultaron muertos.

Los “centauros del Igan” se lanzaron a una muerte segura con la convicción de que, cumpliendo con su deber, salvarían de vida de miles de compatriotas, como, de hecho, sucedió. Recordemos las palabras de la arenga que el Teniente Coronel Primo de Rivera les dirigió antes de partir: “¡Soldados! Ha llegado la hora del sacrificio, que cada cual cumpla con su deber. Si no lo hacéis, vuestras madres, vuestras novias, todas las mujeres españolas dirán que somos unos cobardes. Vamos a demostrar que no lo somos”. La historia y su abnegado desempeño nos confirman que no lo fueron y hoy son un ejemplo a seguir y un motivo de orgullo para la Caballería y para todos los españoles.

¡Honor y Gloria a quienes de forma tan heroica dieron su vida por España!

Foto: Augusto Ferrer Dalmau (Carga del Río Igán).