Por circunstancias notorias y por todos conocidas, Tamara Falcó ha sido la persona más buscada y mediática de España durante las últimas semanas. Sin entrar en mayores detalles sobre cuestiones privadas, que además no son objeto de este Blog, lo cierto es que la Marquesa de Griñón ha dado una lección pública en defensa de la verdad, y resaltando la importancia del compromiso y la fidelidad, a pesar de los difíciles momentos que estaba atravesando. Ha dejado claro que el compromiso es algo intrínseco al ser humano y que ha de basarse en la fidelidad y la confianza, defendiendo la autenticidad frente a las relaciones líquidas tan de moda en este momento.

Y en medio de toda la vorágine, Tamara Falcó tomaba un avión para asistir este fin de semana al Congreso Mundial de las Familias, que se celebraba en México, y donde intervino como conferenciante. Compromiso que ya tenía asumido y al que no quiso renunciar.

Su intervención ha sido fuertemente criticada por algunas personas, destacando la feroz crítica de Jorge Javier Vázquez, quien ha llegado a afirmar en Sálvame absolutamente fuera de sí que “no deberíamos ser tan comprensivos con ella porque palabras como las suyas producen muchísimo daño en esta sociedad (…). Lo que ha hecho es un claro discurso de odio, esos no son discursos de amor, son discursos de odio y hay que denunciarlo. Hay que cortarlos de raíz», concluyendo que “hay opiniones que no son respetables”.

Tamara Falcó había intervenido en el citado Congreso junto a personalidades como Neal Harmon, Eduardo Verástegui o Enrique Rojas, haciendo una encendida defensa de la familia natural y de los valores cristianos, discurso que ha sido malinterpretado y acusado de homófobo, cuando en ningún momento presenta tales rasgos.

Desde Qveremos deseamos mostrar nuestro apoyo a Tamara Falcó y agradecerle su valentía. Exigimos respeto por la libertad de expresión ante los ataques y el linchamiento mediático. Lo que es realmente inaceptable es que un tipo como Jorge Javier Vázquez venga a decirnos lo que está bien y lo que está mal, erigiéndose en máxima autoridad de la moral pública y nos pretenda imponer lo que podemos o no decir y lo que debemos pensar. Eso sí es volver a épocas oscuras y no un discurso ensalzando la familia, como pilar y elemento básico y vertebrador de toda sociedad.

Foto: Congreso Mundial de las Familias – México 2022