La manifestación feminista.. y el problema real

La manifestación feminista.. y el problema real

  • Posted by Qveremos
  • On 14th marzo 2018
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  • 8marzo, brecha_salarial, conciliación, feminismo, maternidad

Las reivindicaciones feministas del 8 de marzo buscan el problema donde no lo hay. Y obvian el gran problema que tienen las mujeres, y la sociedad en su conjunto: la conciliación familiar.

Y es que la brecha salarial no es un problema: las mujeres cobran menos que los hombres, sí. Pero no por hacer exactamente el mismo trabajo. Lo que les (nos) lleva a cobrar menos que los hombres es el tipo de profesiones escogidas, y, sobre todo, la maternidad. Ambas motivaciones son libres. No hay un oscuro y retrogrado hetero-patriarcado detrás de ello, como nos quieren vender los profetas de la lucha de sexos.

Pero sí hay un problema real y grave con la conciliación familiar: tener hijos en España es difícil, y de ello se deriva la que es posiblemente la más amenaza grave para nuestra sociedad: la ausencia de niños. Parafraseando el lema de la manifestación feminista que dice “si nosotras paramos, se para el mundo”, podríamos decir que “si nosotras no parimos, se para el mundo”.

Es necesario que la sociedad en su conjunto ponga en valor la maternidad y el esfuerzo que representa, tratando de remover los obstáculos que la dificultan, hasta el punto de estar llevando a la sociedad española a tasas de natalidad que hacen peligrar su mismo futuro. 

 

La libre elección de las personas

El Departamento de Trabajo de Estados Unidos, en los años en que Bill Clinton era presidente, publicó un documento en el que concluyó, basado en más de 50 estudios sobre la materia, que las existentes diferencias salariales “pueden ser casi totalmente el resultado de elecciones individuales hechas por hombres y mujeres”.

En este sentido, cabe destacar el estudio de la Universidad de Georgetown, en que se analizaron las 5 especialidades universitarias mejor y peor pagadas de Estados Unidos y el porcentaje de hombres y mujeres que se especializaban en esos campos:

  • Ingeniería Petrolera y Matemáticas e Ingeniería de Sistemas son dos de las especialidades mejor pagadas: cuentan con un 87% y 67% de hombres respectivamente y solo un 13% y 33% de mujeres respectivamente.
  • En dos de las especialidades peor pagadas, como son Educación Infantil yTrabajo Social, el porcentaje de mujeres que deciden especializarse en estos campos es del 97% y del 81% respectivamente, frente a un 3% y 19% de hombres.
  • Si bajamos al detalle de este estudio observamos que, dentro del campo de la medicina, por ejemplo, no cobran igual los cirujanos cardiacos (donde hay mayoría de hombres) que los pediatras (mayoría de mujeres).

Lo que está claro es que cuando los hombres y mujeres deciden iniciar esos caminos profesionales, cuentan con información suficiente. Son decisiones fruto de su libertad individual, basado en sus gustos, habilidades, intereses o cualquier otra motivación personal. Al menos en los países libres y desarrollados.

(Todo esto está mucho mejor explicado en este vídeo, de apenas 5 minutos, de Christina Hoff Sommers, Scholar del American Enterprise Institute (AEI). Pueden verlo aquí:  https://www.youtube.com/watch?v=rfe-Pnt91TE)

La Maternidad como obstáculo

El deseo de ser madre y de implicarse en el cuidado familiar de los hijos supone indudablemente en nuestra sociedad un obstáculo para el desarrollo de la vida profesional. Unas veces es producto de una decisión individual en la que la mujer prefiere dar un paso a un lado y dedicarse con mayor intensidad al cuidado de la familia porque entiende que así se realiza personalmente, pero en otras, se produce claramente una injusta situación de desventaja, donde los empresarios (y la sociedad en general) ven a la mujer como un recurso menos productivo, y su carrera se ve, cuando menos, obstaculizada.

Es ahí donde todos hemos de trabajar para eliminar -dentro de lo posible- los obstáculos que impiden la conciliación familiar y el desarrollo profesional de las mujeres. Todos, como sociedad, desde el plano empresarial, político, personal y sociológico:

I. Empresarial: se debe poder compaginar el trabajo de la madre y del padre con horarios más flexibles e introducir las ventajas de las nuevas tecnologías que permiten un desarrollo de la actividad laboral con menor exigencia presencial. Elegir horarios de entrada y salida, “semana comprimida”, trabajo más centrado en objetivos etc. Algunas empresas como Iberdrola o IBM, están señalando el camino. Estas propuestas no son solo beneficiosas para las madres trabajadoras, sino en general para todos los empleados.

Tenemos una asignatura pendiente que es la reforma del horario laboral español, uno de los peores de Europa, que impide una buena conciliación laboral-familiar (con las consecuencias que ello tiene en la natalidad, en las pensiones etc.), y en gran medida la realización personal de muchos trabajadores. Es la hora de plantear en serio al mercado laboral un cambio de mentalidad, de introducir una forma distinta de trabajar centrada en las nuevas tecnologías, en el trabajo por objetivos y la flexibilidad horaria.

II. Político: es necesario articular medidas legislativas que permitan que la contratación de mujeres y el ejercicio de su derecho a ser madres, no suponga un menoscabo grave en su carrera profesional, o una carga extra que tenga que soportar de forma exclusiva las empresas.

Conviene tener en cuenta que no se trata únicamente de apoyar a la mujer, sino también a las familias, para que sean estas las que con libertad decidan si ambos cónyuges quieren trabajar, o lo hace uno sólo de ellos.

En muchas familias la decisión de trabajar los dos no es una opción libre sino obligada, porque con un sueldo no se llega a pagar el colegio de los hijos, la hipoteca etc … Por eso, junto a las medidas que faciliten a las mujeres el ejercicio de su derecho a la maternidad, deben implementarse otras que ayuden a las familias a decidir con libertad: así por ejemplo desgravaciones fiscales de una cuantía importante en el IRPF, mayor número de productos básicos con rebajas en el IVA, supresión del IBI a familias con un determinado número de hijos, pensiones en condiciones más beneficiosas para aquellos que han corrido con la carga financiera de tener hijos etc.

III. Personal: El reparto de las tareas del hogar o del tiempo dedicado el cuidado de los hijos entre el hombre y la mujer ha de permitir compaginar de mejor manera el desarrollo profesional de la mujer con el hecho de ser madre. Pero la decisión de este reparto solo puede hacerse en el plano individual y familiar: No ha de ser impuesto por nadie; es fruto de decisiones individuales y familiares.

IV. Sociológico: Se debe impulsar una visión positiva de la maternidad como un bien no sólo individual, sino social, del que nos beneficiamos todos. Debe ser toda la sociedad en su conjunto la que asuma de forma compartida los mayores costes aparentes que comporta la maternidad, porque los beneficios de una sociedad joven y dinámica los disfrutamos todos.  

Por desgracia las soluciones que normalmente se escuchan, como las “cuotas”, no atacan el problema real (si acaso lo empeoran al tratar a las mujeres como “menores de edad”, incapaces de acceder a los puestos de importancia por su propio mérito), e inciden en una supuesta rivalidad entre hombres y mujeres, olvidándose de que lo más importante del ser humano no es su sexo, sino su condición de persona.

Qveremos que en España la sociedad en su conjunto valore la maternidad. La maternidad conlleva sacrificios personales y profesionales, que en la medida de lo posible debemos paliar. Hablar de maternidad (y paternidad) es hablar del único futuro de la sociedad.

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