Antes de derribar cruces, nos la quedamos en la Pradera de las Cruces

Antes de derribar cruces, nos la quedamos en la Pradera de las Cruces

  • Posted by Qveremos
  • On 31st marzo 2021
  • 14 Comments

La Pradera de las Cruces

No se sabe a ciencia cierta cuándo la cruz comenzó a ser el símbolo por excelencia del cristianismo. Se sabe que en los comienzos se tomaron multitud de símbolos como el famoso pez (ICHTHYS, pez en griego, es el acrónimo de Jesús-Cristo-Hijo de Dios-Salvador) o el pavo real (símbolo de la vida eterna), entre otros.

Del siglo II, apenas cien años después de la muerte de Cristo, se conserva un grafiti en el que se representa a Cristo crucificado con cabeza de asno. El autor del llamado “grafito de Alexámenos” o “grafito del Palatino” tenía en su intención burlarse de un tal Alexámenos por adorar a un Dios crucificado. Así pues, se puede decir que desde los inicios del cristianismo la cruz es algo más que un mero objeto y es un símbolo cargado de significado y de sentimiento.

La tradición cuenta, además, que el emperador Constantino, antes de enfrentarse a Majencio el 12 de octubre del año 312 en la batalla del Puente Milvio vio dibujado en el cielo una cruz con las palabras “In hoc signo vinces” (Con este símbolo triunfarás, en latín).

Millones de cristianos han besado o venerado la cruz desde época tan temprana, buscando recordar el sacrificio de Cristo por amor a la humanidad y a cada uno de ellos en particular, recordando aquellas palabras de san Pablo “Me amó y se entregó por mí”. Cientos de miles han dado su vida abrazados a una o han sido asesinados por portar una de ellas. La cruz es sólo un símbolo, pero es el recuerdo de que hubo una persona que dio su vida por mí y por ti. Es sólo una cosa, pero es un objeto que despierta en nuestro interior la memoria de quien está vivo después de sufrir una de las muertes más atroces, por amor a los seres humanos.

Durante siglos, la cruz ha sido representada en el arte más sublime, pero también de las maneras más sencillas. Y así, el fervor popular ha ido sembrando de cruces todos los rincones del planeta. Allí donde un cristiano ha puesto el pie, le ha acompañado una cruz. Y allí donde han llegado los enemigos de la cruz, las han derribado, sin importarles ni su valor artístico, ni histórico, ni, por supuesto, la ofensa de los sentimientos religiosos de las personas que las contemplan con devoción. Así lo hicieron los yihadistas y los comunistas, entre otros.

La Colina de las cruces. Lituania

 

 

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Quizás, el signo más elocuente de la victoria de este símbolo, la cruz, es la colina de las cruces en Lituania. A 12 kilómetros de la ciudad de Šiauliai (situada a poco más de 100 km de Riga y 200 de Vilna), se encuentra una colina repleta de cruces. Aunque no se sabe con total certeza cuándo empezó a formarse, sí se sabe que las gentes del lugar comenzaron a llevar cruces en recuerdo de los caídos en varias batallas que tuvieron lugar en sitios próximos. Así fue hasta que los soviéticos ocuparon Lituania en 1944, en plena Segunda Guerra Mundial, y empezaron a retirar las cruces. De nuevo, el fervor popular hizo que allí donde desaparecía una al poco tiempo aparecían diez. Lo intentaron hasta con buldócers, pero fue inútil. Tanto es así, que el monumento católico permaneció en pie durante décadas hasta la caída de la URSS en 1991, a pesar de las amenazas y las prohibiciones. El Papa Juan Pablo II visitó aquella colina y celebró en ella una misa multitudinaria en su viaje apostólico a Lituania (1993).

El artículo 15 de la Ley de Memoria Histórica de España establece que “las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”. Las plazas conmemorativas de aquella época iban dirigidas a los caídos en la Guerra civil y en muchos casos se erigía un símbolo de paz y concordia como es la cruz. Sea como fuere la casuística (placas con cruces, cruces sin placa, cruces con placas ya removidas años atrás o cualquier otra combinación como cruces de épocas mucho más antiguas) los alcaldes y diputaciones se están apoyando en este articulado para removerlas como es el caso, entre otros, de Gargüera de la Vera, el más reciente.

El proyecto “Pradera de las Cruces” de Qveremos está inspirado por Lituania bajo el yugo comunista. Qveremos quiere, con este proyecto, despertar las conciencias dormidas de quienes asisten con pasividad o resignación a este triste espectáculo, llamando la atención sobre el hecho de que con esas demoliciones no sólo están atacando nuestros símbolos, sino que es una fase más en su proyecto de descristianizar nuestra sociedad, de manera que ser cristiano no sólo será en un futuro próximo un “deporte de riesgo” sino que será toda una heroicidad.

La gran diferencia respecto de lo sucedido en Lituania, es que ahora se realiza con el fundamento jurídico de una ley que reescribe la verdad, instrumentaliza la historia para confrontar a generaciones que no vivieron ese duro episodio y da alas a los políticos vía laguna legal para remover simbología religiosa de paz y de concordia.

Desde Qveremos, no solo lo denunciamos, sino que actuamos.

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La iniciativa consta de tres fases. La primera de ellas será crear 15 representaciones de cada una de las cruces derribadas hasta el momento en impresión 3D e instalarlas en una pradera perteneciente a una casa de culto a las afueras de Madrid capital. Cada representación tendrá un código QR donde se podrá leer la historia de la cruz derribada. La segunda de las fases consistirá el lanzar una campaña de crowdfunding donde la participación ciudadana podrá aportar a cada cruz, con el objetivo de replicar las derribadas o bien sufragas los costes de desplazamiento de la cruz removida. La fase tercera será más reactiva ya que muchas cruces han sido ya señaladas (hhttps://www.eldiario.es/comunitat-valenciana/gran-tour-franquismo-mapa-interactivo-recoge-simbolos-dictadura-espana_1_7183231.html) y denominadas como ilegales. Se puede apreciar en la web que tras la clasificación, a cada referencia del mapa se le ha añadido las coordenadas geográficas mediante la herramienta de Google Geocode.

Nos las quedamos. Todas. Nos las quedamos todas en la Pradera de la Cruces.

14 Comentarios

Javier T
Brillante iniciativa! Ánimo!
Maria
No se pierda ninguna Cruz. Nos las quedamos los cristianos. No se molesten en llevarlas a un campo alejado. Y por mucho que las quiten Dios no va a desaparecer. Ni los cristianos tampoco y llevaremos con orgullo una Cruz. Si cada uno viste y se pone lo que quiere como piercings, tatuajes etc, yo también puedo llevar a la vista mi Crucifijo.Y con mucho orgullo.
Antonio Maria
Los destructores de simbolos cristianos son gentes que no merecen tener templos ni cultura ni belleza.
Jose Maria
Estamos bajo la ideología comunista directora de la desmoralizada sociedad.
Karen
Me parece una idea fantástica! y una forma de remover la conciencia de los cristianos, que estamos muy pasivos ante la invasión política de nuestros signos religiosos.
Ángel
Estupenda iniciativa
Javier Medina
Me encanta! Debería poder compartirse el vídeo!
Lupi Palau
Me parece una idea fantástica, y con un significado tan especial... que no hay mejor día en el año para difundirla que un Jueves SANTO, contad con todo mi apoyo, enhorabuena!!!
María Dolores
Completamente de acuerdo
María Dolores Malo De Molina
Me parece una idea maravillosa, lo que es muy triste es qu6en España hayamos llegado a esto.
Marta Fernandez
Recemos sin cesar. Recemos juntos. Para que esta Lacra que nos ha caído salga. Si rezamos unidos Dios todo lo puede y no nos dejará. Ningún Espiritu con tanta maldad podrá derribar a Dios. Nadie podrá sacar de nosotros mismos a Dios.
Beatriz
Apoyo totalmente la idea.
Inma
Contad conmigo!!!!
Gabriela
Magnífica iniciativa! No podemos dejar que hagan desaparecer las cruces de España. Un apunte al artículo, la Cruz que vio Constantino se conoce como Crismón. Os invito a investigar sobre ella!

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