“Nuevo” PP: mucha ilusión, mayores retos

“Nuevo” PP: mucha ilusión, mayores retos

  • Posted by Qveremos
  • On 25th julio 2018
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  • Casado, Concreso PP, Debate ideas

El pasado sábado, Pablo Casado fue nombrado nuevo presidente del Partido Popular, con casi el 60% de los votos de los compromisarios que participaron en la “segunda vuelta” del proceso de elección de líder del partido. Así, el ex vicesecretario de Comunicación del PP de Rajoy y ex jefe de Gabinete de Aznar cuando dejó la presidencia del Gobierno, pasaba a primera línea política a sus 37 años.

Más allá de las dudas sobre su curriculum académico o de su nula experiencia profesional en el ámbito privado (en lo que por otra parte no difiere mucho de Sánchez, Rivera o Iglesias), Casado atesora una relevante experiencia en el partido, al haber sido miembro del Comité Ejecutivo Nacional, además de presidente de Nuevas Generaciones de Madrid, y en el poder legislativo, al haber sido diputado en la Comunidad de Madrid y en el Congreso en distintas etapas; si bien nunca ha sido cabeza de lista en una elecciones, ni locales, ni autonómicas, ni generales, ni tampoco europeas.

Teniendo en cuenta que en el último editorial de Qveremos, abogábamos porque existiera un verdadero “debate de ideas” en cuestiones como el modelo territorial del Estado y el desafío separatista catalán, el tamaño de las distintas Administraciones Públicas, la independencia judicial, el reparto competencial con las Comunidades Autónomas, el modelo impositivo, o la visión de la vida, el aborto o la eutanasia, entre otros, el resultado del 19 Congreso del PP ha sido esperanzador.

Sin duda alguna, el discurso de Casado en el Congreso del PP abre una vía de esperanza a que desde el Partido Popular se dé la batalla a los postulados socialdemócratas, socialistas y comunistas que proponen desde otros partidos políticos en España. Una batalla en la que desde hace muchos años, no ha existido respuesta alguna, más allá de los esfuerzos de pequeños partidos como Vox o de Fundaciones como Valores y Sociedad o Villacisneros, entre otras, que han ejercido un contrapeso importante a los postulados del Nuevo Orden Mundial desde una concepción humanista de la vida.

Es por ello que parece una buena noticia que frente al discurso vacío ideológicamente de Soraya Sáenz de Santamaría haya triunfado un discurso con mayor fondo y a priori mayor compromiso con las ideas de la mejor tradición humanista y cristiana, que han fundamentado el progreso de Europa en los últimos años. Sólo el hecho de volver a poner sobre la mesa temas como la libertad, la reducción de la presión fiscal o el apoyo a la maternidad son sin duda alguna un paso adelante y una buena noticia.

Pero no es suficiente. Si el nuevo presidente del PP ha vertebrado su campaña en torno a la recuperación de la “ilusión” en las filas del partido, no puede olvidar los enormes retos a los que se enfrenta. Más allá de los equilibrios internos, de las llamadas a la unidad o de las integraciones de las candidaturas perdedoras; el nuevo presidente y su equipo deberán demostrar con hechos que su discurso no es únicamente una bonita declaración de intenciones.

Así, es más que legítimo que una inmensa mayoría de los que en algún momento votaron al PP tengan sus dudas sobre algunas cuestiones de diversa índole, como pueden ser las siguientes, entre otras muchas:

  • ¿Será capaz Pablo Casado de conseguir que el español no sea una “lengua de segunda” en Galicia bajo el Gobierno del PP? ¿Se podrá estudiar en español en las distintas etapas educativas en Galicia? ¿Se seguirá primando el gallego en la Administración Autonómica en Galicia?
  • ¿Será el nuevo presidente capaz de hacer “retroceder” las leyes LGTBI que imponen la ideología de género aprobadas o en proceso de aprobación en Comunidades gobernadas por el PP? ¿Se paralizará el proyecto normativo que obliga a los colegios a tener baños unisex para que puedan ser utilizados por niños y niñas indistintamente por si hay alguno transexual, como impone la norma de Castilla y León? ¿Se eliminarán las sanciones contempladas en la Ley de Galicia o de la Comunidad de Madrid por disentir de la ideología de género?
  • ¿Apoyará Casado la persecución de todos los delitos cometidos por los partidos separatistas catalanes en los últimos años? ¿Impulsará la recuperación de las competencias en materia de educación o de justicia a nivel nacional? ¿Apoyará los posibles “apaños” del Gobierno Sánchez con los nacionalistas?
  • ¿Defenderá la no aplicación y la derogación de la Ley de Memoria Histórica? ¿Desautorizará al presidente del PP en Extremadura y al partido en Badajoz que se han sumado al consenso de la izquierda para crear “Comisiones de la Verdad” y para determinar quiénes son “buenos” y quienes “malos”? ¿Estará comprometido verdaderamente con el espíritu de la Transición que permitió avanzar a todo un país bajo el perdón, el olvido y el no revisionismo?
  • ¿Seguirá el PP anclado en Javier Arenas y Celia Villalobos? ¿Seguirán siendo miembros activos del “aparato” aquellos a los que les sobraban los liberales y conservadores en el PP? ¿Qué nivel de influencia seguirán teniendo?

Todo ello requiere seguramente no sentirse orgulloso de las concesiones de Aznar a los separatistas, ser más valiente que el ex presidente y aprobar una ley de educación en menos de ocho años, revertir el modelo lingüístico educativo de Galicia, plantear un modelo fiscal radicalmente distinto al del dúo Rajoy-Montoro, o impulsar la recuperación de competencias autonómicas que deberían ser potestad exclusiva del Estado, entre otras muchas acciones.

Desde Qveremos damos la enhorabuena a Pablo Casado por su nombramiento como nuevo presidente del PP, le agradecemos su discurso diferente al del PP socialdemócrata de los últimos años, y le transmitimos también un voto de confianza, que no es sin duda alguna un cheque en blanco, sino más bien un contrato con la exigencia de que cumpla sus palabras y que estas no se queden en papel mojado. De cómo responda con hechos a estas cuestiones en los próximos meses dependerá su futuro y su capacidad para recuperar votantes: ¿será Pablo Casado un Aznar o un Hernández Mancha?

1 Comentario

Zayas
De acuerdo, sobre todo en la duda de si será capaz de quitar de en medio a todos los desastres que representan Arenas Arrolla y todo el largo desastres de los ideólogos son ideales que han llevado al PP a la nada.

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