Entrevista a Jaime Mayor Oreja

Entrevista a Jaime Mayor Oreja

  • Posted by Qveremos
  • On 11th julio 2017
  • 1 Comments
  • Cataluña, miguel ángel blanco, ortega lara, terrorismo

El que fuera ministro de Interior en  los años claves para la derrota del terrorismo recibe a Qveremos. Y lo hace en los días en que recordamos el asesinato de Miguel Ángel Blanco, y la liberación de Ortega Lara. Aquellos hombres buenos que permitieron una reacción social sin precedentes. España tiene necesidad de recuperar su testimonio, y así reavivar las esperanzas que se despertaron entonces.  

 

QV/ Jaime Mayor Oreja, ex Ministro del Interior en el momento de la liberación de Ortega Lara y el asesinato de Miguel Ángel Blanco, de los que ahora se cumplen 20 años, ¿cómo vivió esos días, qué recuerdos tiene?

JMO/ Fueron las dos semanas más intensas en mi vida política. Pasamos de la alegría profunda a la tragedia, de la cara a la cruz. Aquellas dos semanas significaron el recuerdo más vivo que tengo de mi vida pública. Constituye no solo un recuerdo, sino una lección de vida, en la seguridad de que cuando vives un momento de especial alegría, tienes que saber siempre que luego te llega la otra cara de la moneda. En cualquier caso, aquel terrible contraste fue la gota que rebasó el vaso de la indignación de muchos españoles, que sintieron exactamente lo mismo que yo.

 QV/¿Qué destacaría de la reacción de la sociedad española?

Siempre he sostenido que vivimos una prolongada crisis moral, mucho más que económica y financiera. La reacción de la sociedad española y vasca en particular fue una reacción moral, por ello esperanzadora y auténtica. Pese a la tristeza, a la tragedia, aquella reacción fue indudablemente también la expresión de una emoción que sirvió para aliviar nuestro dolor.

 QV/ Jaime Mayor Oreja, presidente de la Fundación Valores y Sociedad, ¿qué relación ve entre lo que pasó aquellos días y la situación de la política española en los últimos años?

Aquel espíritu de Ermua no fue inútil en el ámbito político. Sirvió para determinar un proyecto y un proceso para combatir el terrorismo. La ilegalización de HB años después fue en buena medida el colofón de aquel proyecto que se puso en marcha y significó el final del crimen. Sin embargo, una vez más, fuimos poco perseverantes y años después se puso encima de la mesa un mal llamado proceso de paz, que sirvió para hacer la política contraria a la que se había impulsado desde el espíritu de Ermua. Se enterró el espíritu de Ermua por el mal llamado proceso de paz, esto es, por una negociación entre ETA y el gobierno a partir del año 2004. Inicialmente fue borrado aquel espíritu por los acuerdos del partido nacionalista vasco y del nacionalismo catalán con ETA, y finalmente sería el gobierno de Rodríguez Zapatero el encargado de liquidarlo. Hoy, ante un desafío y un reto de ruptura desde el nacionalismo catalán, estamos desposeídos de aquel espíritu y ello agrava nuestra situación.

 QV/¿Por qué cree que el Gobierno no da una respuesta firme e indubitada al órdago de la clase política catalana? ¿Qué cree que habría que hacer?

Cuando se ha enterrado el significado de aquella movilización política y social frente a la ruptura de ETA, hoy no tenemos proyecto. No basta fríamente el Estado de Derecho; hace falta acompañarlo con una movilización social, colectiva, tanto desde Cataluña como desde el conjunto de la sociedad española. Esto va a ser un largo proceso, no se va a dilucidar en una fecha determinada, y tendremos que tener la capacidad de poner en marcha un proyecto y por ello un proceso como el que fuimos capaces de presentar frente a ETA.

QV/ Uno de los grandes males de nuestra época es que los jóvenes no conocen una parte de la historia reciente de España, ¿qué les diría a todos ellos y qué cree que hay que hacer para subsanarlo?

Una de las tragedias que hemos vivido en España ha sido la facilidad con que la leyenda negra, esto es, la mentira sobre España, arraigara dentro de nuestra propia sociedad. Hoy también está prevaleciendo la mentira sobre el presente que estamos viviendo, y se está imponiendo a la verdad. Lo que corresponde hoy es hacer un esfuerzo para defender la verdad del presente, más que estrictamente la verdad histórica. Es más difícil combatir la mentira sobre nuestra historia que hacer frente a la mentira de nuestro presente. Pero insisto, es un reto que tenemos hoy, y del que no podemos abdicar. En estos días, hay que atreverse a decir lo bien que hizo aquel espíritu de Ermua, pero también hay que atreverse a explicar la traición que pocos años después se produjo.

 QV/ Finalmente, ¿cómo vaticina el futuro de España? ¿Seguirá existiendo tal y como la conocemos? ¿es más optimista o más pesimista?

Siempre he reiterado que no me atrevo a vaticinar ni a pronosticar, ni mucho menos a profetizar. Vivimos la crisis, no una crisis, y de ahí la trascendencia de saberle hacer frente, porque además en España se manifiesta singularmente en términos de crisis de nación. Ni soy optimista ni soy pesimista; simplemente diagnostico la profundidad y la gravedad de la misma.

1 Comentario

Jose Antonio Anguera Juan
Solo quiero hacer dos comentarios de actualidad: 1º/ El domingo día 10 de julio,el telediario del mediodía de TVE dedicó 19 mm al día de "El Orgullo"-ya no dicen del Orgullo Gay- y acto seguido se recordó el 20 aniversario de la liberación de Ortega Lara y a este recordatorio la TVE le dedicó 59 ss. Algo huele a podrido en este País. Y 2º/ Cataluña.Después de 40 años de perder tiempo y dinero con los problemas de la Comunidad Catalana y de la Comunidad Vasca y como esto va a seguir "per in eternum" propongo la siguiente solución: el Gobierno Español, previa consulta y autorización del Congreso y del Senado y con los cambios necesarios, debería plantear un "referendum" para que España se independizara de ambos territorios (esa podría ser la pregunta),siempre de acuerdo con algunas condiciones:a/ Pasar cuentas de lo que deben al estado español, b/dejar unos espacios de propiedad única y de uso exclusivo de España y sus habitantes, mediante una autopista y sus correspondientes zonas de influencia, c/ Ni Cataluña ni Vasconia podrían solicitar el reingreso a España, antes de 50 años; entre otros ejemplos.

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