Ayer por la noche se consumó una nueva y grave traición del Gobierno a todos los españoles. Y se realizó de una forma que ilustra muy bien el actuar y devenir de Pedro Sánchez y sus socios. En un pleno extraordinario que comenzó a las 23:00 horas se aceptó con mayoría absoluta de la Cámara la toma en consideración de la proposición de ley, propuesta de forma conjunta por los dos partidos gubernamentales, que plantea la modificación del Código Penal cuyo objetivo principal es suprimir el delito de sedición, que queda sustituido por uno de desórdenes públicos agravados con penas significativamente inferiores a las actuales.

Nocturnidad, porque se hizo a altas horas de la noche, como queriendo ocultar la maniobra. Y alevosía, por cuanto tiene de deslealtad y traición, al vincular esta modificación legal al apoyo de los partidos más radicales y contrarios a la Constitución a fin de garantizarse la aprobación de los presupuestos que permita la continuidad de Sánchez y su equipo en el Palacio de La Moncloa. Nunca un puñado de votos fue mendigado con tanta indignidad.

Lo más curioso es que se nos olvida que el Código Penal que ahora se propone modificar es el mismo Código Penal que fue aprobado en 1995 con los votos favorables del PSOE, a los que se unieron los de IU, CiU, PNV, CC, ERC, entre otros. Es decir, que los que fueron condenados por su desafío a la Nación lo hicieron con una ley penal aprobada por la izquierda y los nacionalistas. Y son ellos mismos ahora quienes rebajan sustancialmente esas penas, que abaratan futuros desafíos independentistas y muestran una imagen deplorable de nuestro ya herido estado de derecho.

España es hoy más débil, nuestras defensas jurídicas quedan limitadas y los únicos que se benefician de ello son quienes no quieren estar con nosotros ni compartir un camino en común. Ayer mismo, Arnaldo Otegui pronunciaba unas clarificadoras palabras que se ve que los diputados socialistas no pudieron (o no quisieron) escuchar: “No hay gobierno de progreso en el Estado Español si los que nos queremos marchar del Estado Español, y además somos de izquierdas, no sostenemos esa oportunidad. Esa es la gran paradoja. Sin vascos independentistas de izquierdas y catalanes independentistas de izquierdas no hay gobierno PSOE/Podemos en el Estado, y eso es lo que nos ofrece la posibilidad de negociar cosas”.