
15-M diez años después
- Posted by Qveremos
- On 15th mayo 2021
- 0 Comments
No nos engañemos. Ya no existe la izquierda proletaria. Ahora ya es todo izquierda caviar. Coja usted a cualquiera de los actuales líderes de la izquierda. Encontrará pocos proletarios, más bien encontrará a gente educada en el Liceo Italiano, o que vive en el Barrio de Salamanca, o en la calle Alfonso XIII, o en una urbanización en Galapagar. Comunistas forrados, que venden su mensaje, ya poco creíble, a quien se lo quiera comprar.
Qué fue, cómo se nos vendió y qué es ahora
Hace ahora diez años, comenzó la “nueva política”, lo que se tradujo en que los “espontáneos” movimientos de indignados cristalizaron poco tempo después en dos nuevas opciones políticas, una de extrema izquierda (Podemos) y otra más bien de centro (la versión nacional de Ciutadans). Aquellos insatisfechos con una clase política bipartidista bien asentada en sus privilegios y en ese spoiler system gracias al cual nada podía faltar a quien se arrimara al PSOE o el PP, abandonó paulatinamente las opciones tradicionales y trasladó su apoyo electoral a nuevas formas de hacer política (UPyD, C’s, Podemos y, después, VOX).
Supongamos que 25 años después del inicio de la democracia en España alguien hubiera dicho “Bueno, un cuarto de siglo de bipartidismo imperfecto en España es más que suficiente. Ya se han desarrollado económicamente lo suficiente. Ahora habría que profundizar en las brechas sociales, dividir a la ciudadanía para poder manejarla mejor. Vamos a introducir un elemento político nuevo a ver qué sucede”. Imaginemos que el momento elegido para eso fuera la crisis económica originada a partir de 2007. Ya sea un plan diseñado por alguien malévolo o algo que ha sucedido así porque sí, la verdad es que la situación política en España desde 2003 es algo completamente distinto a lo que fue España antes del año 2000.
La llegada de gente que empezó a acampar en la Puerta del Sol de Madrid se nos vendió como algo espontáneo, una masa desorganizada de ciudadanos indignados con la crisis, con las políticas poco de izquierdas del Gobierno de izquierdas que había en ese momento en España, desencantados con la política en general, defraudados con la vida,… Aquel 2011 se nos dijo en los medios de comunicación que unos “espontáneos” habían tomado las plazas públicas de la piel de toro.
Nada más lejos de la realidad. Cualquiera que conociera mínimamente el ambiente de la Facultad de CC. Políticas de la Complutense en los años ’90 (donde se criaron Iglesias, Errejón, Maestre, Bescansa, Monedero,…) sabía que allí había de todo menos espontaneidad. En efecto, aunque los medios nos ofrecían al principio una variada muestra de ciudadanos de la más variopinta procedencia e ideología política, pronto la diversidad se convirtió en uniformidad. Las asambleas, el megáfono, los carteles, el “ambiente”, el estilo, la estética,… todo recordaba a aquellas reuniones asamblearias de la Facultad. Claro que no todos los 45 millones de españoles han pasado por aquellas aulas, aunque es verdad que ese mismo esquema se ha replicado en otras tantas facultades de nuestro país.
¡Cómo olvidar aquellas reuniones en Sol para decidir qué pasos dar! La unanimidad era la regla. Con una pequeña excepción: en agosto Benedicto XVI vino a Madrid para encontrarse con jóvenes de muchísimos países en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud y había que reaccionar contra semejante afrenta contra los sentimientos de los “tolerantes”, así que se puso sobre la mesa la posibilidad de boicotear los actos; el resultado de la discusión dentro del 15-M no fue unánime, así que se dio vía libre a los indignados para que demostraran o no su odio contra los peregrinos, y bien que lo pagaron, ya que algunos de ellos acabaron en el hospital y muchos fueron rodeados, increpados, insultados, escupidos,… Las imágenes, los videos están ahí, por si alguien lo pone en duda.
Así, nació un “movimiento ciudadano” que, por su propia dinámica interna, pedía evolucionar a partido político, y nació el 11 de marzo de 2014 Podemos (y Más Madrid – Más País como spinoff), el partido político que aspiraba representar a todos aquellos que se situaran en contra del establishment, hartos de tantos años de corrupción de los dos partidos grandes.
Nada como tocar poder para transformarte en aquello que denunciabas. Por más que chillaron contra la casta, juzguen ustedes mismos si no se han convertido en ella. Ellos, que empezaron ofreciéndose como solución, han llegado a ser parte del problema, pero además de forma ostentosa y casi grosera.
¿Era su objetivo dividir, debilitar a la izquierda tradicional? ¿Buscaban desde el principio radicalizar al PSOE? ¿Querían que el partido socialdemócrata por excelencia pasara a ser de la izquierda revolucionaria? ¿En qué se parecen Felipe González, Alfonso Guerra, Javier Solana, Nicolás Redondo, Joaquín Leguina, José Luis Corcuera,… y Zapatero, Aído, Pajín, Sánchez, Lastra, Ábalos,…? No es que el partido haya evolucionado, adaptándose a los nuevos tiempos; es que dejaron de ser marxistas en Suresnes y parece que dejaron de ser socialistas en Sol.
Izquierda caviar vs. izquierda caviar
No nos engañemos. Ya no existe la izquierda proletaria. Ahora ya es todo izquierda caviar. Coja usted a cualquiera de los actuales líderes de la izquierda. Encontrará pocos proletarios, más bien encontrará a gente educada en el Liceo Italiano, o que vive en el Barrio de Salamanca, o en la calle Alfonso XIII, o en una urbanización en Galapagar. Comunistas forrados, que venden su mensaje, ya poco creíble, a quien se lo quiera comprar.
Durante la transición había algún que otro compañero del metal, aunque hay que reconocer que la inmensa mayoría de ellos eran hijos de gente bien posicionada en el régimen franquista, gracias a lo cual pudieron acceder a una educación superior (a no ser que alguien se piense que María Teresa Fernández de la Vega (por poner sólo un ejemplo) estudió en el sistema educativo implantado por Felipe González).
Después de 45 años de democracia, las izquierdas se han aburguesado y ya sólo quedan (gracias a Dios) revolucionarios de boquilla, de pose, de postureo, y de nada más. La tolerancia de los medios de comunicación y de la opinión pública española ha hecho que salgan prácticamente gratis hechos realmente insólitos. Que un concejal madrileño tenga en su despacho el retrato de Lenin en lugar del de Felipe VI, que se pasee un grupo de jóvenes (bien encuadrados y formación paramilitar) con carteles de líderes totalitarios comunistas por el Paseo de la Castellana, que incluso lancen cócteles molotov, que lancen piedras y ladrillos contra los políticos en los mítines de campaña electoral,… Todo eso pasa casi inadvertido. Hay una sensación de doble rasero, de complacencia o magnanimidad con los “pequeños descuidos” de la izquierda y mucha inquina con la derecha, aunque sea por los asuntos más nimios (sobredimensionados por campañas mediáticas bien orquestadas).
¿Volverá “el PSOE de siempre”, moderado, o profundizará en su hoja de ruta radicalizadora? ¿Desaparecerá Podemos, Unidas Podemos, las Mareas,… absorbidos por Más País? ¿Fagocitará la izquierda presuntamente revolucionaria a la izquierda aburguesada?
0 Comentarios